Laurell K. Hamilton - Serie Anita Blake
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Laurell K. Hamilton - Serie Anita Blake
Primero, quiero agradecer a La Silla Del Lector - Leyendas Oscuras, grupo que tradujo la mayor parte de la serie, y muy bien, por cierto.
Segundo: cuidado con la lectura de la serie, porque muta con el transcurrir de los libros.
Se vuelve cada vez más compleja, entrelazando líneas de sentido, develando misterios de sus personajes... hasta llegar a parecer exagerádamente sexótica (no cabe llamarlo meramente "erótica", ya que carece de la mínima seducción en muchas de las las escenas de sexo, y por razones del argumento).
Crece también exponencialmente en un morbo sanguinario hasta irse "al carajo" -como decimos en Argentina- pero sin perder coherencia argumental ni empobrecerse sus personajes.
Existen también quienes la menosprecian por su condición de mujer, por su oficio de leventa-muertos, por su fama de folla-animales y cadáveres, o de flojita de bragas; actitudes de la que es objeto en cada libro, que encubren fundamentalmente otras emociones que ella genera en su entorno: celos, envidia y temor.
Anita es simple; un personaje con el que es relativamente fácil de identificarse o comprender: una mestiza latina, bajita y pechugona, sin registro estético de sí, aunque con una fuerte personalidad. Algo orgullosa, bastante sobervia, terriblemente iracunda.
Una morocha de tez blanca, firme creyente cristiana con una moral de mira relativamente estrecha, con muchos prejuicios que se ponen una y otra vez a prueba -moraleja de cada historia, si se quiere-. Habiendo perdido a su madre tempranamente y siendo la hija de su padre, fue criada en actividades y actitudes prototípicamente masculinas. Es sumamente indendiente y bastante cínica, un poco paranoica. Por otro lado, duerme con peluches de pingüinos y siempre necesita dormir más. Detesta emperifollarse o "disfrazarse de fem-fatale": La comodidad de zapatillas y camiseta facilita llevar sus muchísimas y necesarias armas; la ropa holgada permite ocultarlas mejor.
Se enamora de un ideal, lucha contra la atracción que ejerce sobre ella quien representa lo que desprecia; y en el transcurso de las líneas va peleándose y peleando con todo el mundo... Va negociando, capítulo tras capítulo, quien desea ser con quien se espera que sea, y con quien puede ser: ni más ni menos que lo que hacemos la mayoría cada día.
La serie cubre un montón de géneros literarios, al punto de que no encaja exactamente en ninguno, y todo es paroxístico: lo mágico, lo policial, lo romántico, lo terrorífico... el suspenso va mano a mano con la acción, acompañando a los protagonistas en la rabia y en la sensualidad.
Lo que me gustó es que la historia global, el hilo conductor, "hace focos" en cada libro. Hay libros que se basan en el desarrollo de las relaciones de los personajes protagónicos; otros, en sus características independientemente explotadas o en la historia de uno u otro. Hay libros que hacen énfasis en los "casos" objeto de los oficios de Anita: La mujer es una Ejecutora de Vampiros, -una verdugo-, que también asesora como Civil Experto en Biología Paranormal a la Policía; además de, por otras cuestiones metafísicas y económicas, levantar muertos (hacer zombies) para vivir. Toda una nueva perspectiva integrada en la trama, entre nigromantes, cambiaformas, vampiros, religiones y ciencia, la ley y la ética humana. Conceptos posmodernos de amor, amistad y familia, honor, lealtad, integridad, trascendencia, bien y mal.
Y como las exageraciones hacen la esencia de las caricaturas, aquí algunas imágenes de los comics que lanzó Mavrel a partir de los libros...
Segundo: cuidado con la lectura de la serie, porque muta con el transcurrir de los libros.
Se vuelve cada vez más compleja, entrelazando líneas de sentido, develando misterios de sus personajes... hasta llegar a parecer exagerádamente sexótica (no cabe llamarlo meramente "erótica", ya que carece de la mínima seducción en muchas de las las escenas de sexo, y por razones del argumento).
Crece también exponencialmente en un morbo sanguinario hasta irse "al carajo" -como decimos en Argentina- pero sin perder coherencia argumental ni empobrecerse sus personajes.
Hazte una imagen: Tripas por todas partes, podredumbre y el olor de las heces en tu nariz, cada vez que Anita ingresa en una ecena de crimen. Puedes no leer ni un beso en un par de libros, y la piel de gallina que una voz hace emerger es señal de imposición de atenciones sobrenaturales... pero ya en el número 20 de la serie, Anita puede llenar un autobus con sus amantes, a los que quiere o ama de variadas formas... que van desde frágiles y dulces gatitos-amos de casa hasta perversos supervivientes como sádicos y suicidas con distintos grados de ambición por todo tipo de poder. Dato no menor: Anita "doesn't do humans".
Sus relaciones más "neuróticas" o "normales para un ser humano, digamos... más frecuente", las conserva a lo largo de toda la trama principalmente con los otros humanos con los que trabaja como asesora en Crimen Paranormal, quienes la respetan como colega. Existen también quienes la menosprecian por su condición de mujer, por su oficio de leventa-muertos, por su fama de folla-animales y cadáveres, o de flojita de bragas; actitudes de la que es objeto en cada libro, que encubren fundamentalmente otras emociones que ella genera en su entorno: celos, envidia y temor.
Anita es simple; un personaje con el que es relativamente fácil de identificarse o comprender: una mestiza latina, bajita y pechugona, sin registro estético de sí, aunque con una fuerte personalidad. Algo orgullosa, bastante sobervia, terriblemente iracunda.
Una morocha de tez blanca, firme creyente cristiana con una moral de mira relativamente estrecha, con muchos prejuicios que se ponen una y otra vez a prueba -moraleja de cada historia, si se quiere-. Habiendo perdido a su madre tempranamente y siendo la hija de su padre, fue criada en actividades y actitudes prototípicamente masculinas. Es sumamente indendiente y bastante cínica, un poco paranoica. Por otro lado, duerme con peluches de pingüinos y siempre necesita dormir más. Detesta emperifollarse o "disfrazarse de fem-fatale": La comodidad de zapatillas y camiseta facilita llevar sus muchísimas y necesarias armas; la ropa holgada permite ocultarlas mejor.
Se enamora de un ideal, lucha contra la atracción que ejerce sobre ella quien representa lo que desprecia; y en el transcurso de las líneas va peleándose y peleando con todo el mundo... Va negociando, capítulo tras capítulo, quien desea ser con quien se espera que sea, y con quien puede ser: ni más ni menos que lo que hacemos la mayoría cada día.
La serie cubre un montón de géneros literarios, al punto de que no encaja exactamente en ninguno, y todo es paroxístico: lo mágico, lo policial, lo romántico, lo terrorífico... el suspenso va mano a mano con la acción, acompañando a los protagonistas en la rabia y en la sensualidad.
Lo que me gustó es que la historia global, el hilo conductor, "hace focos" en cada libro. Hay libros que se basan en el desarrollo de las relaciones de los personajes protagónicos; otros, en sus características independientemente explotadas o en la historia de uno u otro. Hay libros que hacen énfasis en los "casos" objeto de los oficios de Anita: La mujer es una Ejecutora de Vampiros, -una verdugo-, que también asesora como Civil Experto en Biología Paranormal a la Policía; además de, por otras cuestiones metafísicas y económicas, levantar muertos (hacer zombies) para vivir. Toda una nueva perspectiva integrada en la trama, entre nigromantes, cambiaformas, vampiros, religiones y ciencia, la ley y la ética humana. Conceptos posmodernos de amor, amistad y familia, honor, lealtad, integridad, trascendencia, bien y mal.
Recomendada para quien guste de poner a prueba sus propios límites.
Y como las exageraciones hacen la esencia de las caricaturas, aquí algunas imágenes de los comics que lanzó Mavrel a partir de los libros...
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